viernes, 18 de octubre de 2013

Replay: Una Cuestión de Tiempo

Cartel de la película




Viajar en el tiempo es uno de los tópicos del cine, de la literatura, y de los sueños del ser humano. Y ese tópico está muy bien exprimido (El Efecto Mariposa), y también muy mal (Austin Powers). Es un campo complicado, en el que Richard Curtis (Love Actually) ha querido poner su toque personal, o por lo menos ya clásico.

Con un mensaje y una moraleja poco reflexiva en sí, pero si peleona en la cabeza una vez sales de la sala, el poder viajar en el tiempo a través de acciones de tu vida es la base de este film protagonizado por Domhnall Gleeson. 

Buenas interpretaciones y buen guión, estropeado tal vez por esas cantidades ingentes de tópicos amorosos durante el tramo central de la película. Aún así, el sentido del humor estará latente en todo momento, y sacará más de una carcajada para al instante soltar alguna lagrimilla. 

La manera en la que Curtis pasa del drama a la comedia solo podía reflejarse a través de un montaje como el que propone. La etapa de plenitud de una persona: Recién licenciada, independizándose y en busca de un gran amor. Aun así, a ratos el metraje se hace pesado con demasiada parafernalia de romance barato. Estropea la genialidad de los viajes en el tiempo y la construcción del personaje con 'escenas eliminadas' de Love Actually. 

Un film de dos horas recomendable de ver para el espectador, con mucha naturalidad pese a ese toque de ciencia ficción, y que como tengas un mal día, hayas discutido antes de entrar a la sala, o lleves mal cuerpo encima, te hará volverte a casa diciendo a todo el mundo que lo quieres.


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