jueves, 25 de julio de 2013

Wonderwall

Como diría Durkheim, uno de los actos más egoístas es el suicidio. Ese momento de pena, de agobio, de desbordamiento, en el que decides acabar con tu vida. Que mayor sentimiento de autonomía que decidir uno mismo cuando acabar lo que está en su mano y solo importa a él, o al menos más que a nadie.


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Cuando un intento de suicidio es fallido, algunos suelen acabar en aquellos sitios tan recurrentes en las discusiones de pareja: Los psiquiátricos. Cuando ingresan a una persona que ha intentado acabar con su vida, después de empastillarles y ponerles camisas de fuerza, les intentan recuperar, y convertirles en personas 'normales'. Qué saquen fuerzas para pagar todas sus deudas, para olvidar a su chica, o para dejar de drograrse. Para que asimilen que el mundo es una mierda, una puta mierda, y que tienen que convivir en él hasta que el cuerpo diga basta.

Para ello utilizan los llamados 'Wonderwalls'. Muros de las maravillas, por traducirlo de alguna manera. Son marcos, corchos, algún tipo de soporte mágico. En él tienes que poner todas aquellas cosas por las que merecen la pena la vida. Un hijo, una hija, una novia, un polvo, una quiniela, una canción. A raíz de eso, a empezar a crecer.

En 1968, Joe Massot debutaba en el cine con una película llamada Wonderwall. Iba de como un científico convivía puerta con puerta con una pareja de pops arts. Ese film nunca fue nada importante, de no ser porque la banda sonora la compuso George Harrison, el difunto Beatle, de la mano de Eric Clapton. Este ya es otro cantar. Con sonidos indúes que acompañarían a Harrison durante el resto de su carrera, es una de las BSO más conocidas de la historia del cine.


George Harrison, interpretando la música y aquellas imágenes de la película, entendió -creo yo- que Wonderwall era un muro muy alto y muy dificil de atravesar, que detrás tenía todas las maravillas necesarias. Es tan complicado entender una vida sin maravillas, que derrumbarías cualquier muro, a pesar de que cayese encima de seres queridos.

Muchos años después, llegó la canción de Oasis. Dio la vuelta al mundo, atravesó fronteras, llenó las televisiones y ahora, veinte años después, sigue siendo la banda sonora de muchas vidas. The Egde, el guitarrista de U2 dijo que "ojalá hubiera escrito yo la canción". Blur, eternos enemigos de los Gallagher, vieron como su rivalidad quedaría en anecdótica, puesto que los hermanos pasaban directos al olimpo de la musica.


Su videoclip, de 4:40 minutos, refleja al grupo en un manicomio, intentando pasar el tiempo, mientras dicen una y otra vez "You're my wonderwall". Tu eres mi muro mágico. Detrás de ti no hay maravillas, delante de ti no hay nada. El muro es lo importante. El muro, la ansiedad por mirarlo y abrazarlo.

Mi muro se ha caído, y detrás no había nada. Delante no tenía nada interesante, intenté subir y quedarme sobre él, y se cayó. Ahora no tengo nada. Solo tengo ladrillos y cemento seco para no olvidar. No tengo nada sin ese muro. Y muro empieza por eme. Y por eme empezaba mi muro.