jueves, 18 de abril de 2013

Un Perro Andaluz - Buñuel y Dalí

Buñuel y la reflexión que cambió el cine

"Si existe un placer
es el de hacer el amor
el cuerpo rodeado de cuerdas
y los ojos cerrados por navajas de afeitar."

Benjamin Péret.

El surrealismo, se puede decir muy orgullosamente que tiene su fundamento en la cultura y personajes españoles. Luis Buñuel y Salvador Dalí fueron los precursores de un género iniciado en Francia por André Breton, un poeta de principios del s.XX.  

Si antes se establecieron los modos de representación institucional (o MRI), antes Buñuel lo destrozaba y establecía sus propios sistemas. El director aragonés, emigrado a Francia e hijo adoptivo de México, publicó en 1929 Un Perro Andaluz, donde fue ayudado en el guión por Dalí. Compañeros en la residencia de estudiantes con Lorca, fue una generación que mostró, con el cine a cuatro patas, que las cosas se podían hacer de otra manera. 

El sueño de Dalí, hecho película
Un cortometraje 'producido' por el dinero que la madre de Buñuel quiso dar a su hijo - 25.000 pesetas, que en aquel momento supusieron una fortuna- es sin duda la obra magna de la filmografía surrealista. Con las interpretaciones de ambos genios, sumando la presencia de Simone Mareuil y Pierre Batcheff -ambos se suicidaron con los años- el cartel era lo de menos. 



Escenas mudas, que luego tendrían la música de Wagner y su Tristán e Isolda y tangos argentinos dejan entrever la delgada línea entre la ilusión y el mundo real. 

Para ser sólo una emisión de quince minutos, hay tres escenas que han pasado a la historia del cine español y mundial. Las dos primeras quedan plasmadas en las dos imágenes que se muestran anteriormente, y una tercera que es la escena final en la playa. 

Merece la pena parar y ver como a través de un corte de un ojo con una navaja, a través de un hombre cargando dos curas, o a través de la perversión sexual, se dice tanto, sin alzar la voz ni un sólo segundo. Buñuel lo consiguió, y Dalí ayudó con su peculiar visión de la vida.