sábado, 11 de mayo de 2013

Ríos Montt, la justicia y la herencia española


Es la sentencia al General Efraín Ríos Montt y Mauricio Rodriguez Sanchez, probablemente, una de los últimos actos de justicia frente a todas las dictaduras establecidas en Latinoamérica durante el s.XX. Ríos 
Montt, golpista guatemalteco y presidente de la República de Guatemala durante 1982 y 1983. 

El juicio que le ha llevado a ser enjuiciado y condenado a 80 años de cárcel -él tiene ahora 86- treinta años después de su intento de exterminio sobre la etnia Ixil -provenientes de los Mayas- y los abusos sobre las mujeres de la misma.



 Nuestra transición fue modélica, y en tiempos de crisis deberíamos recuperar el "espíritu de la transición", pero a día de hoy, ex-políticos del franquismo son enterrados y tratados con honores. En Guatemala, con una situación muy diferente e imposible de comparar con España, se ha querido poner fin y se ha querido declarar a Rios Montt como lo que es, un genocida. 

Pese al olvido colectivo que vive Guatemala, donde nadie se interesa por el juicio o por la historia de Rios Montt al ser un tema tan antiguo y tan mínimo socialmente hablando - los Ixil son una pequeña etnia del norte del país- la justicia ha querido cerrar uno de los capítulos más duros de la historia guatemalteca. 

En un artículo escrito recientemente por Marta Casaus -politóloga y profesora de Historia de América en la UAM, además de una de las más fervientes defensoras de la etnia Ixil y perseguidora de Montt- escribió un artículo muy revelador para cecies.org donde señalaba cosas muy importantes. Un genocidio, pese a ser diferente en cada contexto, puede tener similitudes  y de hecho, hay un patrón común que suele seguir, al menos en su mayoría. Son ocho puntos claves: 

1) La presunción de provocar asesinatos masivos o masacres genocidas en niños, ancianos y mujeres.
2) Destrucción de viviendas, símbolos culturales y religiosas
3) Cementerios clandestinos y o fosas comunes
4) Despersonalización y deshumanización de las víctimas
5) Declaración de enemigo público o grupo perseguido
6) Intentar borrar los signos de identidad
7) Destrucción total o parcial del grupo étnico
8) Planificación minuciosa y sistemática de planes de exterminio

Sólo por poner un ejemplo de la crudeza y crueldad extrema de este militar guatemalteco, cito un pequeño fragmento del artículo de esta historiadora: 


Tal vez el punto más duro de esta cuestión latinoamericana es la acogida social que tiene. Iniciado todo -y esa es la base que mucha historiografía intenta olvidar- con el colonialismo español de Pedro Alvarado y sus guarniciones de militares. Fue allí donde se intentó conservar la "raza pura" -cual nazismo unos siglos después- y mantener a los indígenas al margen de esto, usándolos como elementos de trabajo. 

A fin de cuentas, hay una evolución colectiva que no puede variar mucho. Si las bases son racistas y en contra de la integración de etnias, se llega al pleno s.XX y principios del XXI con un enorme rechazo a las minorías. En este caso, de nuevo Marta Casaus, consiguió entrevistar a muchas de las familias oligarcas de Guatemala, descendientes de los colonos y por tanto, 'puros' en sangre y con un racismo floreciente. Las frases literales que pudo extraer -sacadas por el fotoperiodista Gervasio Sánchez en una reseña de la obra de la historiadora Guatemala: Linaje y racismo- son absolutas perlas. 

El mestizo vive en la oscuridad sumergido en una vergonzosa ignorancia. Su género de vida excita al desprecio de muchos; por su falta de luces le aleja de la compañía de otros



Foto de Gervasio Sánchez
"Hubiera sido mejor exterminar al indio, esto habría producido una civilización superior. No exterminarlo fue un grave error y ahora lo estamos pagando”.

“Es un elemento histórico-estructural que se inicia con la conquista y la colonización, se inserta en la estructura de la clase dominante y pervive hasta nuestros días"





Foto de Gervasio Sánchez

Solo espero, con toda mi alma, que dentro de veinte años todo el mundo vea esto como la aberración que es en realidad. Que nadie a partir de hoy sufra vejaciones por ser de una etnia o cultura, y que los ochenta años que pesen sobre Rios Montt, los pase en el infierno.





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